"Casos Clínicos"

Mi foto
Sevilla, Huelva, El Rompido, Andaluz.
Licenciado en Medicina y Cirugía. Frustrado Alquimista. Probable Metafísico. El que mejor canta los fandangos muy malamente del mundo. Ronco a compás de Martinete.

viernes, 2 de marzo de 2012

Mi "Politica".

Yo nací en pleno “franquismo”. Con eso quiero decir que en mi casa no se hablaba de política ni de políticos ni de economías ni de hacienda…
Desde pequeño oía hablar de “El Generalísimo Franco”: Francisco Franco Bahamonde, con su cara de apeseta y su uniforme con faldita era una imagen continua y repetida en nuestra vida, un "ente" superior muy cercano al dios todopoderoso que otorgaba o condenaba sin que (yo por lo menos) nos preguntáramos absolutamente nada de nada… Lo veíamos a diario en la tele, en los NoDos, en la radio y en los periódicos. Siempre estaba inaugurando pantanos o pasando revista a las tropas o presidiendo Juegos Florales o pescando salmones, o navegando, o teniendo nietos… era el mejor en todo: por tierra, mar y aire… en la caza y la pesca… insuperable. Franco.
Esos años desde que nací en 1956 hasta que tuve contacto con la realidad social y “política” de España fueron unos años de gran felicidad para mi. Mis amigos y yo disfrutamos de una gran tranquilidad social: no existía la delincuencia callejera, ni los canis, ni los chorizos, ni los tironeros, ni los gorrillas… sí había “rateros” de autobús y “descuideros” de parques, pero las calles eran un paraíso de seguridad y tranquilidad, aunque volviéramos a casa de madrugada andando solos por los sitios mas oscuros…  al final te saludaba el sereno que abría ceremoniosamente la puerta del bloque… y a dormir placidamente.
Por aquel entonces se respetaba la propiedad privada y se valoraba la edad de las personas. Era cuando nos dirigíamos a los profesores de usted y nos poníamos de pie en silencio cuando entraban en la clase. Cuando los padres tenían autoridad y se hacían respetar sin gritos ni tortazos a destiempo, solo con una frase o una mirada. Cuando parábamos de jugar al futbol (y cada uno se quedaba estático en su sitio) cuando una señora pasaba por la calle. Cuando en los bares no entraba los niños chicos berreones y se podía hablar y tomar un aperitivo sin chillar. Cuando cada uno vivía en su barrio sin molestar ni apabullar a los del barrio de al lado…
Esa era la España de mi niñez: Franco a todas horas, el ejercito muy presente en todos los ámbitos, con las milis eternas, los soldados de paseo por las tardes en parejas, ligando con las “muchachas”… y los curas dando por culo todo el santo día.
En mi curso de Portacoeli teníamos como compañero al buenazo de Mariano Borrero Carrero. El 20 de diciembre de 1973, nos dieron las vacaciones de Navidad -me acuerdo que era un día de sol y estuve jugando al tenis en Piscinas Sevilla- de pronto alguien dijo:

-“La Eta ha matado a Carrero Blanco…”
- “¿Quién es Carrero Blanco?”- pregunte yo intrigado.
- “El abuelo de Mariano Borrero” – contesto alguien.
- “¿Y porqué han matado al abuelo de Mariano?- pregunté yo desconcertado.
- “Es el Presidente del Gobierno…”
- “¿De que gobierno…? ¿Aquí no manda Franco?”

Así llegué yo a “la politica”… con diecisiete años y sin saber que en mi país –España- existía un Gobierno con unos Ministros, y que un grupo de independentistas vascos habían organizado una banda de terroristas asesinos con el objeto conseguir no se (todavía) cuales metas, sembrando España de asesinatos y actos de terrorismo inhumanos.
Así, casi sin querer, empezó mi interés por “la politica”. Mi curiosidad natural me llevo –como siempre- a hacerme muchas preguntas, a hacer demasiadas preguntas a veces, a leer todos los periódicos y revistas que caían en mis manos (Informaciones; Cambio16, La Codorniz, Hermano Lobo, etc) y a cuestionarme muchas “verdades” aprendidas tanto en mi casa como en el colegio de los Jesuitas.
En 1975 entré en la Universidad. Facultad de Medicina en el Hospital Universitario Virgen Macarena. Aquel octubre estaba tremendamente “caliente” el ambiente en mi Universidad. Los radicales (Joven Guardia Roja, Trosquistas, Comunistas) cada día convocaban una asamblea e impedían el desarrollo normal de las clases. Yo asistía a casi todas las asambleas, hasta que me aburrís de escuchar los gritos achuchandonos a manifestaciones diarias, huelgas, algaradas, etc. Un par de veces entraron “los grises” con las metralletas colgando y nos hicieron salir del Aula Magna. Yo me piraba a un bar cercano y me desimpresionaba del susto con un par de tanques de birra. Nunca acudía a manifestaciones de las de correr delante de los caballos de los grises ni me dieron ningún fustazo, gracias a Dios.
Murió Franco (en contra del criterio médico) y llegó el Reino de Don Juan Carlos I. Como no soy Monárquico no me manifiesto al respecto.
Llegaron los primeros partidos políticos. Yo, no se como ni porqué, me deje llevar a unas reuniones en los jardines de La Pastora, en la Ronda de Capuchinos, que organizaba un partido político “Izquierda Democrática” liderado por Joaquín Ruiz-Jimenez. Creo que me pidieron hasta mi nombre y apellidos, pero no sé si llegué a estar “afiliado”. Nunca más Santo Tomás.
Y llegó 1977 y las primeras elecciones democráticas. Lo que sí sé es que yo voté a “mi partido” I.D. en esas primeras elecciones. No conseguimos ni un escaño. Recuerdo aquellas primeras elecciones democráticas con gran alegría, todos estábamos exultantes, los partidos gastaban el dinero a espuertas, todos mis amigos pegando carteles durante toda la noche trincandose sus buenos duros… y yo duerme que te duerme… no he pegado un cartel en mi vida… se siente.
En las posteriores elecciones he prestado mi voto siempre con grandes esperanzas puestas en los por mi votados, a quien me ha ido pareciendo: a la UCD de Suarez, al PA de Alejandro Rojas-Marcos, al PSOE de Felipe Gonzalez, al PP de Aznar… es decir, le presto mi voto al partido que creo que en cada momento pueda ser mas beneficioso para todos los españoles. Como no tengo afiliación alguna ni compromiso con ningún político, cada vez que voy a votar y me meto en la cabina yo conmigo mismo, me desabrocho la correa, me separo los pantalones, le doy un vistazo a mis guiguis… y entonces voto. Eso es lo hacíamos todos los españoles de bien hasta hace unos años. Votar en conciencia y a quien nos sale de los cojones.
Pero ahora, me refiero a los últimos seis u ocho años, sucede una particular circunstancia: todos los votantes somos Gilipoyas. Me explico:
  • Los que votamos al PP somos unos putos fascitas que no queremos “el progreso” ni “la democracia”, solo queremos capitalismo y dictadura, doberman, gomina, despidos, enriquecimiento…
  • Los que votamos al PSOE somos unos “paniaguados”, unos socialistas de boquilla, mas preocupados de trincar que de trabajar, enchufados a la facil burocracia y a la vida sindical subvencionada…
  • Los que votamos a cualquier otro partido político somos gilipoyas, porque ese voto no sirve para nada… es un voto inútil.

Yo lo único que tengo claro es que todos estos años de democracia en España a quien de verdad les ha venido bien a sido a las dos Autonomías Separatista: a Vascos y Catalanes.
Y nosotros, los Andaluces, seguimos tragando con la Autonomía de mojones que tenemos… visto lo visto no necesitamos Parlamento ni Consejeros, ni nada que se le parezca… reconozcamoslo…
Siempre nos han mandado desde Madrid y seguramente a partir de dentro de un mes desde Bruselas…

He dicho.

6 comentarios:

  1. Anónimo3/3/12 00:58

    D. Celso, dice un viejo refrán que cada uno cuenta la feria como le va, y éso es lo que usted acaba de hacer.
    Mi escenario es otro. Soy más o menos de su edad, nací en un pueblo pequeño, en una casa sin recursos y soy hijo y nieto de perdedores.
    Perdedores porque mi padre y mi abuelo estaban en el bando de los que perdieron la guerra civil, afortunadamente sobrevivieron a ella y a la posguerra porque toda la familia emigró a Barcelona en un tren nocturno y sin retorno.
    Allí estaba yo trabajando en una fábrica de bombillas cuando me enteré que los asesinos de la banda terrorista habían matado a el Sr. Carrero Blanco, me indigné porque le diré que principalmente yo soy perdedor y después pacifista, lo primero asumido, lo segundo consecuencia de la tristeza tranquila y profunda que desde que nací he vivido en mi casa por mor de ésa guerra cruenta.
    Ahora vivo en un barrio de la periferia de la ciudad condal, soy prejubilado después de cuarenta años alumbrando las casas, ferias, verbenas, iglesias y teatros de la ópera, cárceles, orfanatos y conventos de clausura, quirófanos, ascensores y tiendas de corsetería, los millones de bombillas que yo he manipulado durante ése tiempo en la fábrica, han salvado vidas, ganado oposiciones a judicatura, con un papel rojo han dado ambiente a los prostíbulos y noches de lectura a los insomnes.
    No me gusta el cariz que está tomando nuestro país, porque yo no soy charnego sabe usted, yo soy de mi pueblo y vivo agradecido a ésta tierra que me dió trabajo y la oportunidad de olvidar un pasado con sus luces y sus sombras, (perdone que hable tanto de luz pero es deformación profesional).
    Mis hijos han estudiado en la universidad gracias al trabajo de mi señora, limpiadora por horas y perdedora también y a mucha honra.
    Tengo dos nietos ya catalanes que no saben nada del pueblo donde me crié, aunque tengo ilusión por llevarlos algún día para que vean los atardeceres silenciosos y el sonido del campo al amanecer, pero ahora no puedo porque su padre está parado y hay que esperar.
    Mi hija está trabajando en inglaterra en un restaurante americano, lo gana bien y se ha echado un novio de allí, nos dice que es buen muchacho, para semana santa viene porque tiene unos días pendientes de vacaciones.
    Bueno como vé tampoco puedo hablarle mucho de política, ni ganas mire usted, sigo siendo un perdedor y ahí me he instalado feliz y tranquilo en el estado que me corresponde.
    No voto porque no me creo nada, aunque no se crea, durante un tiempo estuve tentado de hacerlo, pero francamente ya se me han quitado las ganas, al fin y al cabo tengo todavía ésa desidia que da el no haber triunfado o tener la sensación de no haberlo hecho.
    Pero como soy agradecido y he aprendido a valorar, doy gracias a la vida porque a base de dejar las casas limpias e iluminadas, he podido hacer de mis hijos personas sin malos recuerdos.
    Ésta crisis no me importa nada, la sufro y la esperaba hace tiempo, la veía venir porque mis ojos se han acostumbrado durante éstos cuarenta años a ver más allá de las sombras.
    Perdone mi atrevimiento por contarle mi historia, pero no he podido resistir la tentación.
    Usted sabrá si soy merecedor de que ésta carta de perdedor la lea solo usted o sus ilustres familiares y amigos, a los que les mando mis saludos y respetos.
    Lo mismo que para usted, atentamente

    Londres.-

    ResponderEliminar
  2. Anónimo3/3/12 12:27

    Siempre he dicho que me siento andaluza y española, pero estoy un poco harta de sentirme andaluza y española, me explico. Como ya he dicho, fuí a votar en el año 77 por primera vez en mi vida como todos los españoles. Yo estaba casada y tenía un bebé de pocos días cuando deposité ilusionada mi papeleta en la urna. Después -politicamente hablando- ya todos conocemos lo que siguió: una transición ejemplar, y un gobierno socialista (al que yo voté en su momento) gobernando ininterrumpidamente durante treinta y tantos años. He votado muchas veces al Partido Andalucista, pues creo que debería haber una representación de los andaluces en el Parlamento y lo sigo creyendo. No me gustan los nacionalismos, pero pienso que los andaluces no nos sabemos defender bien. Hemos podido ver ahora como los dos grandes partidos PSOE y PP, han organizado Congresos en Sevilla sencillamente para ganar nuestros votos. Ellos saben que somos la comunidad autónoma más grande de España y han venido para eso. Estoy segura de que cuando gane el que sea (espero que haya un cambio), ¡¡¡ si nos han visto, ni se acuerdan!!!. Andalucia es la gran olvidada. Sólo vienen a por votos y a divertirse, ¡¡¡así nos luce el pelo!!!.
    Han pasado ya los años suficientes como para que yo pierda la ilusión de aquel día que voté por primera vez. España está arruinada y Andalucia todavía más. Hay personas mayores que dicen que esto no lo han visto en su vida, y éstas personas vivieron la posguerra. Yo digo que ésta és la crisis de la tristeza, de la desilusión, del desengaño. De ver con nuestros propios ojos cómo el trabajo y el esfuerzo de tantos años se nos vá como una pompa de jabón. No busco culpables, seguramente serán los más poderosos, pero nos contaron un cuento y nos lo creimos. Por eso mismo vuelvo a decir que esta és la crisis de la tristeza, de la desilusión, del desengaño. Por eso no espero casi nada de ningún partido politico; por eso no espero casi nada. Sólo quiero vivir en paz y serenidad con los mios, con los que quiero. Sólo quiero disfrutar de mi vida sencilla y apacible. Sólo quiero vivir y dejar vivir. Jamás en mi vida le he hecho daño conscientemente a nadie, jamás, por eso sólo deseo las cosas buenas de mi pequeño mundo: mis seres queridos, algunos amigos de toda la vida, mi casa (trabajar, ver cine, leer, escribir, la música, pasear, disfrutar de la naturaleza).
    Cada vez veo menos los telediarios y la radio casi no la escucho (antes me encantaba, pero hace algunos años que ya no me gusta tanto, lo siento). Los periódicos los ojeo por encima y le estoy temiendo a la próxima campaña electoral que empieza la semana que viene: más y más mentiras, más y más cuento chino; por eso no le dedicaré ni un segundo más después de éste comentario. Comprendo que la politica tiene que existir, lo entiendo, pero como estoy un poco harta, por primera vez en mi vida iré a votar sabiendo que mi papeleta es simple y llanamente una gran pompa de jabón. Concha.

    ResponderEliminar
  3. Anónimo3/3/12 19:13

    http://www.elmundo.es/elmundosalud/2012/02/29/noticias/1330542285.html
    titi, mira que noticia en el mundo, la peña dice en los foros que más que el copago lo mejor para reflotar la sanidad es ir por las recetas y echar un polvo con unos euros. que la gente ya está curá de espanto.

    ResponderEliminar
  4. Anónimo5/3/12 10:54

    El sábado dimos mi marido y yo un paseo por La Palmera, y vimos cómo en algunos naranjos -en los que más les dá el sol- ya ha brotado el azahar, pero por falta de agua de lluvia no trasminan, no dan olor. Ojalá llueva esta primavera lo suficiente como para regar el campo y las calles (siempre que no caiga en Semana Santa ni en Feria), y el otoño que viene llueva todo lo que necesitamos, que es mucho. Sólo quería hacer esta pequeña reflexión. Concha.

    ResponderEliminar
  5. Anónimo5/3/12 11:48

    Mi política es una utopía.
    Políticos elegidos por el pueblo en elecciones democráticas cada cuatro años.
    Sin coaliciones tramposas con los votos, si hay que cambiar la ley que la cambien..¿no cambian otras?, que gobierne el partido más votado.
    Que los políticos en el poder sean del partido que sean, solo puedan estar dos legislaturas seguidas, después renovación de éstos y éstas dentro del propio partido.
    Sueldos acordes con lo que son, unos servidores del estado que gestionan nuestros intereses, es decir, el mismo que el de un funcionario de tipo A, las dietas y horas extras perfectamente contabilizadas y detalladas, como las de todos los trabajadores, y sin que se les olvide nunca que están ahí porque nosotros los hemos puesto....
    Preparación adecuada a la labor que desarrollan.
    Que cuando cese su actividad política, les quede el paro correspondiente por el tiempo trabajado, que los españoles no les paguemos ni un solo euro más, que se busquen la vida....que seguro que la encuentran en el ámbito privado...
    Condición indispensable, HONRADEZ, TRANSPARENCIA, HUMILDAD Y TRABAJO CON VOLUNTAD DE SERVICIO......
    !!Que ilusaaaa!!

    Lourdes P-Obregón.-

    ResponderEliminar
  6. Ayer voté al PP porque creía y creo que Andalucia necesita un cambio de gobierno, pero por lo que veo no ha podido ser. Sigo diciendo que, seguramente, si hubiéramos tenido un Partido Andalucista con representación parlamentaria, los votos que el PP hubiera necesitado en el caso de no tener mayoría absoluta, como así ha sido (aunque en realidad ha ganado las elecciones), los podría haber obtenido de dicho partido Andalucista si hubiera existido, además de una representación de los Andaluces en el Parlamento. También me gustaría decir que debería haber como en Francia y en otros paises, una segunda vuelta en las elecciones, de forma que gobernara el partido más votado, que en este caso ha sido el Partido Popular. Concha.

    ResponderEliminar

Para hace comentarios libremente has de tener una cuenta de Google: loquesea@gmail.com
Solo se tarda un minuto, si acaso.
GRACIAS COLEGAS.